Mientras en 2011, la reputación corporativa y la construcción de marca eran las principales motivaciones para aplicar políticas de RSC en el 71% de las empresas en España, actualmente el 62% menciona una más eficiente gestión de los costes y la satisfacción de una demanda de los clientes y consumidores como motores de su compromiso con la RSC. Entre las medidas para la mejora de la sostenibilidad en las empresas españolas destacan las iniciativas relacionadas con la eficiencia energética y la gestión de residuos (señaladas por el 83% de los empresarios españoles, diez puntos porcentuales por encima de la media de la Eurozona). El 42% de los empresarios españoles encuestados afirma editar memorias de sostenibilidad, frente al 28% de media en la Eurozona.
El 62 % de las empresas españolas señala como motivación fundamental de su política de responsabilidad social corporativa la mejora de costes que se deriva de una gestión más sostenible y lo que identifican como una clara demanda de sus clientes o consumidores, según International Business Report sobre RSC de Grant Thornton. El estudio, que se realiza cada tres años, se basa en una encuesta a 2.500 primeros ejecutivos de grandes y medianas empresas en España y otros 33 países de todo el mundo.
Con respecto a anteriores informes, en los que la reputación corporativa y la construcción de marca era el motor principal de las iniciativas de RSC en las empresas españolas, se observa ahora una mayor integración de las políticas de sostenibilidad en la gestión empresarial y en los objetivos de negocio, más allá de las motivaciones vinculadas a la imagen y el marketing.
Si en 2011, la reputación y la marca eran la razón señalada por el 71% de los empresarios españoles para poner en marcha programas de RSC, este aspecto queda ahora relegado a cuarto lugar.
“Estos datos revelan que la RSC y los objetivos empresariales van de la mano. Los beneficios de la adopción de prácticas empresariales social y medioambientalmente sostenibles son cada vez más tangibles, por ejemplo, con la reducción de costes a través de la eficiencia energética, que en nuestro país es especialmente relevante por los altos costes de la energía que soportan las empresas”, explica Carlos Serrano, socio de Grant Thornton.
El 83% de los empresarios españoles –diez puntos porcentuales más que la media de la Eurozona- identifica las mejoras en eficiencia energética y en la gestión de residuos como las dos principales iniciativas de RSC que desarrollan sus empresas. La acción social, a través de la participación en actividades de la comunidad (64%), donaciones en metálico (63%) y donación de productos y servicios a las ONG (53%) constituyen el segundo bloque en importancia dentro de las actividades relacionadas con la sostenibilidad empresarial en España. Y la reducción del impacto ambiental de los productos y servicios es también señalada como relevante en el marco de sus políticas de RSC por un 39% de las empresas españolas, según el International Business Report sobre RSC de Grant Thornton
El 42% de las empresas españolas editan informes de sostenibilidad, frente a un 28% de media en la Eurozona. Y en su mayoría las empresas españolas prefieren elaborar memorias dedicadas específicamente al tema, a diferencia de lo que ocurre con la media de la Eurozona, donde las empresas que reportan sobre temas de RSC se dividen a partes iguales entre las que lo hacen en un único informe que recoge también la información financiera y las que prefieren publicar dos informes separados.
Tener unas buenas credenciales en materia social y ambiental también fideliza al cliente. Vivimos en un mundo cada vez más digital, que se caracteriza por una necesidad de diálogo ágil y permanente de las empresas con sus clientes o consumidores. Las compañías que no tienen un comportamiento respetuoso con la población local y con el medio ambiente, pueden ver rápida y drásticamente reducida la demanda de sus productos o servicios.
“Para los líderes empresariales, los objetivos comerciales y de negocio ya no se perciben como algo separado de los objetivos sociales o ambientales. La mejora en la eficiencia energética o el abastecimiento con materias primas locales son relevantes no solo cuando la crisis obliga a priorizar la reducción de costes sino también cuando la economía está creciendo. En un mercado cada vez más competitivo, las empresas tienen en la RSC un valioso instrumento para diferenciarse y liberar su potencial de crecimiento”, concluye Serrano.
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