El presidente de Sogama, Luis Lamas, se muestra satisfecho con el programa de compostaje doméstico promovido por la Sociedad desde el año 2010 y la acogida que está teniendo entre los ayuntamientos. No en vano, ya son del orden de 3.000 viviendas unifamiliares de 70 municipios las que se han incorporado a esta iniciativa y que ya se encuentran fabricando su propio compost, utilizándolo como fertilizante natural en sus huertos y jardines. “Intuíamos que la iniciativa iba a tener buena acogida, pero no esperábamos tantas peticiones. Pensábamos que sería algo progresivo y que los ayuntamientos acabarían asumiéndolo por efecto simpatía al ver que funcionaba en otras localidades vecinas, pero la demanda ha sido muy elevada; una satisfacción para nosotros, en todo caso”.
MÁS AHORRO
Asimismo, aseguró que “si bien este programa trae consigo unos interesantes beneficios ambientales, en el actual momento de crisis, quizás tengan más peso los económicos”, a lo que añadió que “hubiese sido deseable que esta inquietud por reducir costes apareciese antes, pero la realidad es la que es y debemos tratar de seguir avanzando”.
Junto con el alumbrado público, reconoce que la recogida y tratamiento de basura se lleva una buena parte de los presupuestos municipales, “por lo que no es de extrañar que los concellos, para ahorrar costes, hayan decidido apostar por la implantación de prácticas de autocompostaje”, argumentó.
Dado que la materia orgánica supone aproximadamente el 40 por ciento de la composición media de la bolsa de basura, lo cierto es que si se consigue recuperar en el hogar un 10, un 20 o un 30 por ciento, estas cantidades no entrarán en el circuito habitual de gestión del contenedor verde convencional, en donde se deposita la basura en masa. Si a esto se suma una buena separación de los desperdicios en origen y un correcto depósito en los distintos contenedores para propiciar su posterior reciclado, “tendremos una importante capacidad de mejora y, por supuesto, un importante ahorro económico”.
A pesar de que a principios de año la empresa sacó un concurso para el suministro de un millar de compostadores, la realidad es que han resultado insuficientes para cubrir todas las peticiones. “Solo los ayuntamientos que conforman la Mancomunidad de la Mariña lucense se han llevado medio millar de unidades, por lo que nos vemos obligados a sacar un nuevo pliego”, justificó.
Y es que los ayuntamientos de la Mariña fueron los primeros en solicitar a Sogama su colaboración para implantar un proyecto de estas características y a partir de ese momento se produjo un efecto llamada. “Porque si usted lee en el periódico que un ayuntamiento vecino ha apostado por el reciclaje de los restos orgánicos in situ, lógicamente querrá hacer lo mismo, y más aún si es consciente de las ventajas que trae consigo”, apuntó.
COMPOSTADORES, FORMACIÓN Y MATERIAL DIDÁCTICO
Luis Lamas quiere hacer las cosas bien y por ello la empresa que preside no solo ha dotado a los entes locales con los correspondientes compostadores, sino que ha dispensado a los usuarios finales, y a los representantes municipales, la correspondiente formación, proporcionándoles material divulgativo y didáctico para conseguir que el compost final tenga una buena calidad y pueda ser aplicado al suelo con absolutas garantías.
Es por ello que, al igual que ha hecho en alguna otra ocasión con la colaboración de la Universidad de Santiago de Compostela, Sogama procederá al análisis científico del compost resultante a fin de verificar si éste se adecúa a la normativa vigente y, en consecuencia, puede ser aplicado en el ámbito agrícola sin restricciones.
En este sentido, precisó que “resulta evidente que no estamos hablando de una medida innovadora, sino de recuperar una práctica tradicional en el rural gallego como es la separación de residuos orgánicos para elaboración de compost y/o alimento del ganado”.
Lamas asegura que lo que se ha hecho ahora ha sido modernizar el proceso, disponiendo de recipientes específicos en los que se debe controlar la humedad y la temperatura de la materia orgánica para obtener un abono que cumpla con todos los requisitos. En todo caso, “se trata de un proceso más cómodo e higiénico”, concluyó.
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